El mes de agosto se ha caracterizado por fuertes fluctuaciones, como demuestra la fuerte caída de las inversiones en ETF en la última semana.
La semana que acaba de terminar marcó un paso negativo para las inversiones en activos financieros relacionados con las criptomonedas. De hecho, en los últimos siete días de agosto se frustró un crecimiento que había sido notable, e importante, durante todo el mes: el de la confianza en los productos tradicionales relacionados con las criptomonedas, como ETFs basados en BTC o Ether.
Un agujero de 305 millones de dólares
El mes estival por excelencia había dejado constancia de un crecimiento consistente de las inversiones en Fondos Cotizados. Hasta su penúltima semana, habíamos asistido a un saldo de inversiones más que positivo, superior a los 360 millones de dólares. Sin embargo, las complicaciones de los últimos siete días, que han creado problemas a todo el sector de las criptomonedas, también han afectado a este segmento, provocando una pérdida de 305 millones. No obstante, el saldo mensual sigue siendo positivo, en torno a los 58 millones, pero es una miseria comparado con lo que podría haber sido el total sin el último periodo.
Los vaivenes caracterizaron la apertura y el cierre de agosto. Incluso se llegó a hablar del lunes 5 como Black Monday, debido a la devaluación general y específica de todas las principales criptodivisas negociadas; luego hubo una recuperación consistente y, finalmente, una nueva caída en el volumen de operaciones y en el valor de los títulos negociados.
¿Será septiembre el mes del rebote de los ETFs?
Septiembre, el mes de las nuevas oportunidades, se abrió con una cancelación sustancial de todas las acumulaciones que habían caracterizado la rentabilidad de los ETFs hasta finales del segundo tercio de agosto. Obviamente, los fondos basados en Bitcoin, que representan la gran mayoría del mercado específico, fueron los que más sufrieron, ya que han sido negociables durante mucho más tiempo que los fondos relacionados con el éter.
La situación puede ser menos preocupante de lo que parece, ya que -hay que decirlo- agosto también fue básicamente un mes de estancamiento para la negociación de criptodivisas fuera de los canales bursátiles y, por tanto, se trata de una ralentización sistémica y no sólo de una crisis en el segmento de estos productos financieros.
Septiembre podría ser una buena oportunidad para sacudirse el letargo veraniego y reactivar todo el sector. Después de todo, el valor de BTC está cayendo y esto podría empujar a los inversores a la acción. Sin embargo, históricamente, agosto-septiembre nunca son los dos mejores meses para la reina de las criptodivisas (de hecho, son los peores: no por casualidad, el balance de agosto de BTC lleva 10 años en números rojos, salvo un par de años), por lo que puede ser necesario esperar hasta octubre.
ETF y escenarios a corto plazo
La fase a corto plazo se presenta delicada. El intento de rebote podría verse apoyado por el comunicado de la FED, el banco central estadounidense, que admitió a través de su presidente Jerome Powell que podría recortar pronto los tipos de interés. Sin embargo, este tipo de noticias suelen durar poco, sobre todo si no van seguidas de hechos. Sin embargo, incluso un fogonazo quema algo, y podría ser un buen impulso para el sector. Lo más probable es que el intento de rebote comience a finales de esta semana y veremos si se mantiene en la siguiente.
Si quieres conocer la última dinámica de los ETFs y otras noticias interesantes del mundo Web3 y de las criptodivisas, suscríbete al Boletín SpazioCrypto.
La intensa actividad de Elon Musk en sus redes sociales deja la puerta abierta a su posible ambición política. De ser así, podrían ser buenas noticias para la criptodivisa.
Durante la cumbre del G20 celebrada en Nueva Delhi, los líderes de las principales economías mundiales aprobaron la puesta en marcha de un marco regulador internacional para las criptomonedas.
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Los vaivenes caracterizaron la apertura y el cierre de agosto. Incluso se llegó a hablar del lunes 5 como Black Monday, debido a la devaluación general y específica de todas las principales criptodivisas negociadas; luego hubo una recuperación consistente y, finalmente, una nueva caída en el volumen de operaciones y en el valor de los títulos negociados.
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La situación puede ser menos preocupante de lo que parece, ya que -hay que decirlo- agosto también fue básicamente un mes de estancamiento para la negociación de criptodivisas fuera de los canales bursátiles y, por tanto, se trata de una ralentización sistémica y no sólo de una crisis en el segmento de estos productos financieros.
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