Elon Musk y las criptomonedas en el contexto de la carrera presidencial estadounidense

Desde que adquirió Twitter y lo rebautizó como X, Elon Musk, consejero delegado de Tesla y SpaceX, se ha embarcado en una campaña de comunicación muy de derechas (que culminó con la entrevista de dos horas con Donald Trump celebrada este verano), dejando entrever claramente sus simpatías políticas. Sin embargo, dado el tema tratado, difícilmente lo ha hecho sólo para dar a conocer sus posiciones. Muchos piensan que el multimillonario ha apuntado a una posición política, en caso de que el ex presidente estadounidense gane las elecciones.

Hace unos días, Musk colgó una críptica foto en su red social, en la que aparece sentado tras la palabra DOGE. La palabra no tendría nada que ver con la nota memecoin, de la que el multimillonario sudafricano es abiertamente entusiasta, sino que haría referencia al Departamento de Eficiencia Gubernamental (Department Of Government Efficiency); un posible grupo de trabajo gubernamental que se creará próximamente.

Lo que se esconde detrás de la ambición de Musk

Ciertamente, no es fácil leer la psicología de Elon Musk. Sus muchos admiradores (y sus quizás aún más numerosos detractores) se dividen entre los que creen que es un mero control, y que no tiene ninguna ambición política real, pues ya está muy ocupado con sus otros afanes empresariales, y los que creen que quiere acercarse a las salas de control de Washington, para presidirlas, asegurándose condiciones fiscales más ventajosas o más oportunidades de negocio.

Por lo que sabemos hasta ahora, la imagen generada por inteligencia artificial de él en su escritorio puede ser sólo una boutade, pero el deseo de Musk de crear una especie de comité de vigilancia para supervisar el funcionamiento del Gobierno no es nada nuevo. De hecho, el empresario ya ha hablado de ello en otras ocasiones, haciendo hincapié en que su principal área de interés sería la económico-financiera. Citando al patrón de Tesla, la comisión debería:

"llevar a cabo una revisión exhaustiva de las finanzas y el rendimiento de todo el Gobierno federal, haciendo recomendaciones para reformas drásticas."

Las reformas a las que se refiere el magnate están estrechamente relacionadas con las criptodivisas.

¿Servir a América o servir a tu propia cartera?

La idea de la comisión fue expresada por Musk en su perfil X. Desde el mismo púlpito social escribió:

"Espero servir a América si surge la oportunidad. No hace falta salario, ni título, ni reconocimiento alguno"

Trump, por su parte, no mostró reparo alguno. Su reacción a los mensajes de Musk fue irónica:

"Elon, como no está muy ocupado, puede dirigir el grupo de trabajo. Si tiene tiempo, es el más adecuado para hacerlo"

En resumen, en el caldero de la campaña para las ya próximas elecciones presidenciales se ha metido Musk, a quien desde luego no le asusta ser el centro de atención. Todas estas habladurías e insinuaciones podrían ser una forma de dar popularidad al candidato republicano, ya que Elon Musk es una de las personalidades más populares del mundo. Las asistencias entre el empresario y el candidato acaban beneficiando a ambos, así que ¿por qué no seguir haciendo ruido?

Es legítimo pensar que Musk tiene interés en inflar aún más su cartera, y para ello está dispuesto a colocarse en un pedestal como el de la política. Pero, por otro lado, su nombramiento sólo podría agitar un avispero de polémicas, ya que sería muy difícil no pensar en el latente conflicto de intereses.

¿El nombramiento de Elon Musk ayudaría a la difusión de las criptodivisas?

En lo que respecta al sector de las criptodivisas, nombrar a Elon Musk al frente de esta comisión sobre eficiencia gubernamental podría suponer dar un vigoroso impulso a toda la industria. En efecto, el empresario es un defensor declarado de Dogecoin y desde hace tiempo autoriza el pago de sus coches a través de esta moneda. No sólo eso, también ha vendido numerosas acciones de su empresa SpaceX para el pago en cripto.

En definitiva, una presencia como la suya podría suponer un giro total y abrir una etapa muy diferente a la actual, en la que algunos peces gordos de Washington y Wall Street siguen viendo con malos ojos estos nuevos activos financieros. Por supuesto, para que estas predicciones se concreten es necesaria, en primer lugar, una victoria de Donald Trump en las próximas elecciones de noviembre y, en segundo lugar, la creación efectiva de esta comisión. Las incógnitas aún son numerosas pero, en principio, un dominó como el que nos hemos divertido imaginando es posible.

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