Las principales empresas europeas del ámbito de la inteligencia artificial y las tecnologías digitales han pedido a las autoridades de la UE que suspendan la aplicación de determinadas disposiciones de la nueva Ley de IA.
Según estas empresas, la normativa, diseñada para crear un entorno seguro y ético para el uso de la IA, podría dañar gravemente el potencial de innovación de la economía europea en su estado actual.
La Ley de IA se aprobó oficialmente en junio de 2025 y ya ha entrado en vigor. Sin embargo, representantes del mundo empresarial, en particular del sector tecnológico, sostienen que el documento necesita una revisión estratégica. Más de 150 empresas, entre ellas start-ups y grandes corporaciones, han firmado una carta abierta en la que piden una pausa temporal en la aplicación de ciertas disposiciones sobre sistemas de inteligencia artificial considerados de "alto riesgo".
Empresas de toda Europa instan a la UE a retrasar ciertas disposiciones de la Ley de IA, cuya entrada en vigor está prevista para agosto. Here's more 👇 pic.twitter.com/Cv2fUK8rpD
- TRT World Now (@TRTWorldNow) 4 de julio de 2025
Preocupación por unas restricciones demasiado estrictas
El principal argumento de los empresarios es el temor a que una regulación demasiado estricta frene el desarrollo del sector europeo de la IA y empuje a las empresas hacia mercados con normas más flexibles. La carta señala que los costes del cumplimiento de las nuevas normas podrían ser insostenibles para las pequeñas y medianas empresas, por no hablar de la necesidad de revisar modelos empresariales enteros.
"No estamos en contra de la regulación per se. Al contrario, apoyamos el desarrollo responsable de la IA. Pero el enfoque debe ser pragmático y tener en cuenta las realidades empresariales. De lo contrario, Europa corre el riesgo de quedarse rezagada respecto a Estados Unidos y China en la carrera mundial por la inteligencia artificial."
Solicitud de diálogo y revisión de criterios
Las empresas proponen entablar un diálogo más profundo con legisladores y reguladores. En concreto, piden que se reevalúe la clasificación de "alto riesgo", según la cual muchas tecnologías relativamente inocuas corren el riesgo de ser sometidas a un escrutinio estricto. Además, insisten en una mayor claridad de los textos normativos y en la creación de mecanismos de apoyo, en particular para las empresas de nueva creación y los centros de innovación.
También se subraya la necesidad de un periodo de prueba, una especie de "cajón de arena normativo", donde las empresas puedan probar sus soluciones sin riesgo de sanciones inmediatas.
La respuesta de las autoridades
La Comisión Europea ya ha comentado el llamamiento. Uno de sus representantes ha subrayado que la Ley AI es el resultado de largas consultas con expertos, sociedad civil y agentes del sector. Sin embargo, Bruselas dice estar abierta a discutir posibles cambios durante la fase de aplicación de la legislación.
"La regulación de la IA no es un proceso estático. Entendemos las preocupaciones de las empresas y estamos dispuestos a discutir disposiciones específicas en la práctica."
El futuro de la IA europea pende de un hilo
El asunto de la Ley de IA se está convirtiendo en una prueba de fuego para toda la estrategia digital de la UE de la UE. La capacidad de los reguladores europeos para lograr un equilibrio entre seguridad e innovación quedará patente en los próximos meses. Mientras tanto, los representantes empresariales siguen advirtiendo: sin flexibilidad y diálogo constructivo, Europa corre el riesgo de perder su oportunidad de convertirse en líder mundial de la inteligencia artificial.