En 2025, los bancos italianos y las instituciones financieras públicas aceleraron su implicación con blockchain, tokenización y cripto. Proyectos que antes eran experimentales se están convirtiendo en fundamentales para el sector financiero italiano, pero no sin riesgos significativos.
Los movimientos clave de las instituciones
En enero de 2025, Intesa Sanpaolo completó su primera transacción propia en Bitcoin, por valor de 1 millón de euros (11 BTC). Este movimiento siguió a la creación de una mesa de negociación de activos digitales en 2023 y marca un punto de inflexión en la adopción generalizada.
En julio de 2024, Cassa Depositi e Prestiti (CDP) emitió el primer bono digital de Italia en blockchain, por valor de 25 millones de euros y suscrito íntegramente por Intesa. El bono se liquidó en dinero del banco central a través del sistema TIPS Hash-Link del Banco de Italia, como parte de una prueba del BCE de pagos basados en DLT.
En el verano de 2025, Banca Sella lanzó un proyecto piloto de custodia de stablecoin con Fireblocks. La iniciativa se limita actualmente a los empleados, pero señala que los bancos italianos se están posicionando para ofrecer servicios de custodia que cumplan con MiCA.
Otros actores también se están moviendo. Mediobanca está experimentando con participaciones en fondos tokenizadas en colaboración con Cetif Advisory. Mientras tanto, el Hub de Milán del Banco de Italia ha estado apoyando proyectos institucionales DeFi y pagos instantáneos con Polygon, Cetif y Fireblocks.
MiCA y Stablecoin
La regulación europea sobre cripto mercados, MiCA, entró en vigor en 2024, y las autoridades italianas dieron de plazo a las empresas hasta el 30 de junio de 2025 o el 30 de diciembre de 2025 para solicitar la autorización. Algunos proveedores de servicios de criptomonedas (CASP) se benefician de una prórroga hasta julio de 2026. En marzo de 2025, Binance retiró de la lista nueve stablecoins, incluidas USDT y DAI, en todo el Espacio Económico Europeo para cumplir con MiCA. Incluso la ESMA ha advertido de que las stablecoins que no cumplan ya no podrán ofrecerse en Europa después de esa fecha límite.
Esto allana el camino para que los bancos ofrezcan servicios regulados de custodia y emisión de stablecoins que cumplan con MiCA, convirtiendo potencialmente pilotos como el de Banca Sella en servicios de uso generalizado.
Riesgos para los operadores tradicionales
El gobernador del Banco de Italia, Fabio Panetta, advirtió de que las pérdidas relacionadas con las criptomonedas podrían socavar la confianza en los bancos. Si los clientes creen que los criptoproductos están garantizados por las entidades, cuando no es así, las consecuencias para la reputación podrían ser graves.
Los riesgos financieros van en aumento. Según la nueva normativa bancaria europea, CRR3, las exposiciones a criptomonedas no garantizadas como Bitcoin y Ethereum tienen un factor de riesgo del 1.250%, lo que encarece su mantenimiento en el balance. La Autoridad Bancaria Europea confirmó este enfoque en su RTS de agosto de 2025.
En el plano operativo, el BdI instó a las entidades a reforzar la resistencia informática y la gestión del riesgo cibernético. La Unità di Informazione Finanziaria (UIF) también señaló un aumento en el uso de cripto e IBAN virtuales en esquemas de fraude y lavado de dinero, lo que subraya los riesgos de cumplimiento AML.
Lo que se observará en los próximos meses
- Cada vez más bonos tokenizados y papel comercial pasarán de la fase piloto a la emisión regular.
- La revisión por parte de Europa del Régimen Piloto DLT podría ampliar la ventaja competitiva de Italia como sandbox.
- Cambios en el mercado relacionados con la reestructuración del gigante italiano de pagos Nexi.
- Los resultados del programa de pagos instantáneos de Milano Hub, que podría entrar en producción en 2026.
Conclusión
Italia está construyendo rápidamente un ecosistema financiero digital regulado: bonos digitales (CDP, Intesa), custodia de stablecoin (Banca Sella), fondos tokenizados (Mediobanca) y experimentos institucionales de DeFi (Milano Hub).
2025 es el año en que los bancos ya no se limitan a tantear el terreno: comprometen capital y reputación bajo MiCA y CRR3. El reto está claro: cosechar los beneficios de la tokenización y el blockchain al tiempo que se salvaguarda la confianza del público y se gestiona el riesgo.